Le gustas tú
Mensajes por los hermanos Vergara y arengas de un grupo mapuche en el show de Manu Chao en el Velódromo. No se hizo de rogar: volvió y volvió al escenario.
Viernes 27 de noviembre de 2009
Abrió pasado las 21:30 y dedicó el show a la familia Vergara de la Villa Francia. Está enterado y no se lo contaron recién. Pidió una entrada con valor máximo de once mil pesos y se reunió con comunidades mapuches. A la casa discográfica, que recién editaba su última producción, no le dio ni la hora.
Manu sigue su camino, ese que parece vereda pero que genera adhesión y negocio en las afueras del recinto pese a no contar con grandes campañas de propaganda. Hay quienes dicen que la vende, el asunto es que Manu Chao no toma el camino fácil con la prensa ni la promoción.
En el escenario lo de siempre. Justifica la entrada, hace catarsis por casi tres horas. Su mirada es el reggae en todas sus formas. Roots, rumbeado, pop, punk. Siempre con un hilo conductor que ayer en el velodromo del nacional se llamó “radio bemba”. Una entrada a ese infinito melódico que lleva al público a siempre terminar tarareando una melodía nueva pero que parece familiar.
La banda conoce su oficio y transpira energía. Se pasean por los balcanes, para entrar al rap y a la salsa y otros ritmos latinos, todo con ese sedazo sonoro característico del francés y sus músicos.
Bienvenida tijuana, bienvenida mi amor. Hoy día luna día pena. Por la carretera. Todos es mentira la verdad. Me estás dando mala vida. Me llaman el desaparecido. La vida es una tombola. O niña macoña. Todas frases de un repertorio conocido, de un sampler eterno que hizo entrar en trance a esos once mil fieles que siguieron una procesión de un músico que desordena en su orden, que se golpea el corazón con el micrófono durante largos minutos y parece no terminar nunca con su concierto.
Dirigentes mapuches al escenario que hablaron de Pascua Lama, Barrick, Celco y soberanía. Aplausos y Manu Chau recibe una bandera que amarra a la cintura para agradecer y seguir con un repertorio que incluye la furia y el funky de Mano Negra. Consignas por la población La Victoria y algunos gringos que giran en extasis. ¿Sabrán lo que es la victoria? ¿Lo sabrá Bono cuando viene? Aplausos, euforia, satisfacción, la banda toca hasta que la gente lo pide, y esa gente esperará un par de años por el regreso. Pero vale la pena, los que fueron lo saben. Siempre es catarsis, parecida, pero catarsis. Y Manu llama y dice. “Pase lo que pase… sea como sea… próxima estación… esperanza”. Que así sea.